lunes, 2 de julio de 2012

Lo Imprescindible del Périgord (Dordoña)




  

 

PÉRIGORD 


VERANO



2012








 CIRCUITO:
EN EL PÉRIGORD PÚRPURA: descubrir el País de Bergerac


Circuito con salida en Bergerac

Circuito de las Bastidas y Ciudades Medievales: comenzará por la visita al Castillo de Monbazillac, construido en el siglo XVI. Declarado monumento histórico, presenta una arquitectura única y original, reflejo de un encuentro armonioso entre el modelo militar medieval y las primeras elegancias del Renacimiento. Continuará con una parada en el pueblo medieval de Issigeac y sus riquezas arquitectónicas, para conducirle a Monpazier, bástida “modelo” del suroeste de Francia. Continuará con Montferrand du Périgord, donde se encuentran algunas de las casas de Périgord con fachadas renacentistas. Después, el camino te conducirá a la abadía de Saint-Avit-Sénieur, inscrita en el Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Continua hacia Cadouin, con un hermoso claustro, declarado Monumento Histórico. Por último, el regreso será en silencio a través de Molières & Lalinde, dos fortificaciones...

Acontecimientos:

- Festival de Jazz Púrpura en Bergerac, del 9 al 13 de mayo de 2012
- Festival Verano Musical en Bergerac, del 25 de julio al 14 de agosto de 2012
- Festival Medieval Itinerante en el valle del Dropt, del 26 de julio al 27 de agosto de 2012
- Festival de Flamenco púrpura en Bergerac, los días 4 y 5 de agosto de 2012
- Festival Grain d'Automne, septiembre de 2012


CIRCUITO
EN EL PÉRIGORD NEGRO: descubrir Sarlat y el valle del Vézère


Circuito con salida en Sarlat

Día 1: rumbo a Montignac, donde es obligado visitar la Cueva de Lascaux II, la capilla Sixtina de la Prehistoria. Cerca de allí, el Museo del Thot en Thonac permite descubrir el arte prehistórico y la fauna en la época de los Cromagnon (el billete también es válido para las reproducciones de la cueva de Lascaux). Quienes prefieran los palacios deben visitar el Castillo de Losse (con mobiliario de época y jardines renacentistas en terraza). Prosiga la ruta yendo hasta Terrasson para visitar los Jardines de lo Imaginario y vuelva tras sus pasos. Debe detenerse para visitar la abadía del pueblo de Saint-Amand-de-Coly, el pintoresco pueblo de Saint-Geniès, el Manoir de la Cypierre en Saint-Crépin-et-Carlucet o pasar la tarde en los jardines del Manoir de Eyrignac en Salignac Eyvigues.

Día 2: el valle del Vézère desde Les-Eyzies-de-Tayac, la capital de la Prehistoria. Ofrece la visita a un gran número de yacimientos prehistóricos y un Museo Nacional de la Prehistoria. Siguiendo el curso del río, se puede visitar el acantilado de la Roque Saint-Christophe, el pueblo troglodita de la Madeleine o la Casa-Fortaleza de Reignac en Tursac y el encantador pueblo de Saint-Léon-sur-Vézère (iglesia románica). Para los aficionados al senderismo, un gran número de caminos permiten descubrir el valle de un modo diferente.Quince monumentos y lugares están incluidos en el Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1979.

Día 3: Rumbo al valle del Dordoña, la tierra de los castillos. Célebre por sus pueblos con carácter que figuran entre “los pueblos más bellos de Francia”, como la bástida de DommeLa Roque Gageac, situado junto a un acantilado, Belvès o Castelnaud la Chapelle, el valle del Dordoña ofrece impresionantes castillos a visitar. De cada lado del río, dos castillos medievales se hacen frente: el de Beynac y el de Castelnaud, que alberga el museo de la guerra. El castillo de Milandes es resueltamente moderno, con unas chimeneas de estilo renacentista que se combinan con los cuartos de año Art Déco. Descubrirá todo el universo de Joséphine Baker a través de una gran exposición permanente. O también el castillo de Fénelon que alza su poderosa arquitectura detrás de tres murallas. Ha conservado intacto su sistema defensivo, así como su techumbre de piedra lisa típica de la zona.

Acontecimientos:

- Festival Danzas y Músicas del Mundo de Montignac, del 23 al 29 de julio de 2012
- Festival de musica del Périgord Negro de Montignac, del 4 de agosto al 12 de octubre de 2012
- Festival de Juegos de Teatro en Sarlat, del 19 de julio al 4 de agosto de 2012


CIRCUITO
EN EL PÉRIGORD BLANCO: descubrir Périgueux y el valle del Isle


Circuito con salida desde Périgueux

Día 1: siguiendo el río Isle, podrá descubrir un valle sembrado de pueblos tradicionales que, gracias a sus festivales, muestran un gran dinamismo. De Saint Astier con su iglesia románica hasta Montpon, pasando por Grignols y su imponente fortaleza del siglo XIII, Neuvic-sur-l’Isle donde se puede visitar el castillo y el jardín botánico, Mussidan y su Museo de las Artes y Tradiciones en una hermosa cartuja del siglo XVIII o también partir tras las huellas de los bateleros en el molino del Duellas en Saint-Martial-d’Artenset… Sálgase de los caminos trillados.

Día 2: en la salida oeste de Périgueux, la abadía de Chancelade, fundada en el siglo XII por un monje eremita e instalada en el pequeño valle arbolado del Beauronne, es un conjunto que se asemeja más a una casa solariega que a un monasterio. Prosiga su ruta hacia Château-l'Évèque y Agonac, para llegar a Sorges. Deténgase en este pueblo, capital de la trufa negra del Périgord, para visitar el ecomuseo de la trufa y seguir un sendero de truferas. Prosiga esta escapada yendo hacia Savignac-les-Églises y Cubjac, un encantador pueblo del valle del Auvézère.

Acontecimientos:

- Festival “La Vallée” (“El Valle”) en Saint Astier, del 11 de mayo al 10 de junio de 2012
- Festival Internacional del Mimo, MIMOS en Périgueux, del 31 de julio al 4 de agosto 2012
- Festival Sinfonía en Périgord, del 27 de agosto al 1er septiembre 2012


CIRCUITO
EN EL PÉRIGORD VERDE: descubrir Brantome y el Valle de Dronne


Circuito con salida en Brantome:

Día 1: tomará rumbo al norte, hacia Villars (a 14 km), donde visitará el castillo de Puyguilhem, comparable por su estilo renacentista con los castillos del valle del Loira, así como las cuevas con concreciones de Villars. Podrá proseguir hacia el pueblo de Saint Jean de Côle (a 8 km), de estilo medieval y renacentista (la iglesia de Saint Jean Baptiste, el castillo La Marthonie). Este pueblo figura en la lista de los “Más Bellos de Francia”.

Día 2: prosiga la ruta turística para descubrir el encanto del Valle de Dronne: el pueblo de Boudeilles, con su molino señorial en forma de barco y su fortaleza feudal, los molinos de agua (Casa de la Dronne, Molino de la Pauze o de Rochereuil…), hasta llegar a Ribérac.

Día 3: llegada a Ribérac, tras visitar la colegiata de Notre Dame de Ribérac, el circuito de las iglesias con cúpula del Ribéracois (Grand-Brassac, en Faye o en Saint-Privat-des-Prés) se impone para todos los amantes del arte románico: 200 km unen una treintena de iglesia sólidas, sobrias y que transmiten sosiego, cubiertas la mayoría de las veces de cúpulas y con dispositivos defensivos.

Acontecimientos:

- La Félibrée en Piegut Pluviers, el 1 de julio de 2012
- Festival Itinerario Barroco en el Périgord Verde, del 23 de junio al 29 de julio de 2012
- Festival “le Grand Souk” en Ribérac, del 19 al 21 de julio de 2012
- Festival “las Guitarras Verdes” en Jumilhac, del 05 al 22 de julio 2012

Pueblos con encanto

Aparte de estos majestuosos castillos que pueden admirarse, en esta región la riqueza del patrimonio arquitectónico es excepcional. Numerosos pueblos pintorescos están diseminados por el departamento, es el caso de 10 pueblos que figuran entre “los más bellos pueblos de Francia”: Belvès, Beynac, Domme, Limeuil, Monpazier, La Roque Gageac, Saint-Jean-de-Côle, Saint-Léon-sur-Vézère, Saint Amand de Coly y Castelnaud la Chapelle, incluido en la lista en 2010.


Zonas y Atracciones recomendadas


Beaumont-du-Périgord - Belvès - Bergerac - Beynac - Brantôme - Castelnaud la Chapelle - Domme - Eymet - Fénelon - Hautefort - Issigeac - Jumilhac le Grand -Lalinde - La Roque Gageac - La Roque Saint - Christophe - Le Buisson-de-Cadouin - Limeuil - Manoir de Eyrignac - Milandes - Monbazillac - Monpazier -Montignac - Périgueux - Ribérac - Saint Cyprien - Saint Emilion - Salignac Eyvigues - Sarlat-la-Canéda - Terrasson Lavilledieu - Trémolat - Villefranche-du-Périgord


Bergerac

Bergerac une la dulzura de sus paisajes, el encanto de su casco viejo, el sabor de las especialidades de su tierra.

Uno de los ríos más bonitos de Francia, la Dordoňa, cruza Bergerac, presente durante las diferentes épocas históricas, éste ayudó primero en la economía para ser utilizado después en el turismo (paseo en gabarra, pesca, senderismo...)

Apreciando la calidad de los adornos florales del municipio (cuatro flores en el concurso de las ciudades y de los pueblos floridos), descubran, en un entorno protegido pero no por eso menos animado, la gastronomía local y los sabores leyendarios, las numerosas animaciones, los vinos de Bergerac, los mercados y los rastros, los senderos pedestres adaptados...

Renovado, el casco viejo es hoy el lugar predilecto de los habitantes de Bergerac que aprecian pasear por sus calles y plazoletas, admirando a la vez sus museos y sus edificios reformados.

El patrimonio de Bergerac se conserva y se renova respetando los estilos arquitectónicos de los siglos pasados.

Situado en la casa Peyrarède, en el corazón del casco viejo, el museo de interés nacional del tabaco presenta la historia social y cultural del tabaco y, a través de los aňos el de las civilizaciones.

Ocupando una casa de ladrillo con entramados, plaza de la Myrpe, el museo del vino y de la flotilla relata el transporte por barco, la evolución del viňedo y el patrimonio fluvial de la región de Bergerac.

Por descubrir también, la plaza de la Myrpe y sus casas con entramados pintorescos, la plaza Pélissière con su iglesia Saint Jacques, antaňo parada en el camino de Santiago de Compostela y el claustro de los “Récollets”, hoy casa de los vinos que forman el corazón turístico de Bergerac.


Beynac et Cazenac

Abrigado y al pie de su castillo gigante que vela sobre el Dordoña, el pueblo de Beynac añade a la belleza de este sitio todos los placeres del agua y también de la excelente gastronomía.

Situado en la región de Aquitania en el departamento de Dordoña y a 10 km en el sudoeste de Sarlat el pueblo de Beynac-et-Cazenac les da la bienvenida a todos sus visitantes. Un lugar que sin lugar a dudas es merecedor de integrar la lista de los pueblos más hermosos de Francia.

Se encuentra a orillas del Dordoña y al pie de un gran precipicio de rocas, dominado por el inmenso castillo de Beynac, que fuera objeto de disputas entre franceses e ingleses durante la guerra de los cien Años. Un ambiente que demarca el fuerte estilo medieval con pequeñas calles empedradas que en cada lugar nos dan una vista del pasado de esta región.

Subir hasta la cima del pueblo puede parecer una barbaridad, sin embargo el esfuerzo vale la pena. Una estrecha calle empedrada nos llevará por empinadas rampas y a lo largo del camino encontraremos  miradores que nos permiten ver el hermoso valle por donde corre el Dordoña.

Ya llegando a lo alto del pueblo nos encontraremos con un envejecido arco fortificado y desde alli accederemos a la entrada del castillo. Ya e su interior podremos admirar los hermosos góticos que se encuentran en el oratorio y desde el torreón  disfrutar de vistas increíbles, como los castillos de Marqueyssac, Fayrac, Castelnaud, que se encuentran cerca de allí.

El Castillo Beynac et Cazenac es un magnífico conjunto arquitectónico que fue construido entre los siglos XIII y XVII, tan bonito por fuera como en su interior, realmente vale la pena visitarlo.

Ya en el pueblo de Beynac nos esperan  la iglesia de Santa María, la capilla de Cazenac y el Parque Arqueológico y disfrutar de la culinaria del lugar que es estupenda.


Brantôme

Brantôme, una obra maestra, como dice la página de Turismo de la localidad, una conjunción de la naturaleza y el hombre: "la Venecia del Périgord verde". Hay muchos que dicen que, sin duda, es la ciudad perigordina más bonita de todas. Sobre todas las construcciones destaca la abadía y su torre, desde la que se divisa el valle. La Abbaye Saint-Pierre es una antigua abadía benedictina fundada por Carlomagno en el 769, varias veces destruida y reconstruida.

La comunidad civil comenzó a desarrollarse en una isla rodeada por un meandro del río Dronne junto a la citada abadía. Según cuenta la leyenda parece que los orígenes de la abadía están relacionadas con la donación de las reliquias de San Sicarius (Sicaire), uno de los niños en la Masacre de los Santos Inocentes. Esas reliquias atrayeron a los peregrinos a la abadía, era como el souvenir actual para los turistas. A pesar de mucha protección de San Sicarius y mucho peregrino la abadía fue arrasada en el año 848 y en 857 por los vikingo que había avanzado a lo largo de los ríos Dordoña y la Isla del Dronne. La abadía fue reconstruida a finales del siglo X y otra vez en 1465 y en 1480 después del fin de la Guerra de los Cien Años. En la Revolución Francesa, la abadía fue secularizada como un bien nacional, los últimos siete monjes jubilados y dispersa su rica biblioteca.

La primera ubicación de la abadía troglodita fue de los siglos VII a VIII, tallada en la roca, todavía se pueden apreciar las esculturas. La torre de Brantôme también se puede y se debe visitar pues es del siglo XI y constituye cronológicamente la primera de la región del Périgord. Y es bonito ver el molino de la abadía hoy convertido en un restaurante con muy buena pinta (al menos desde fuera, no entramos).

Entre otras joyas de Brantôme se encuentran fuera de la ciudad, los castillos como el Bourdeilles, Puyguilhem, Mareuil, Marthonie, Richemont, Bernadières de Vassaldie... También hay unas cuevas prehistóricas en las proximidades (Villars).

Además de como ciudad, Brantôme es una puerta natural al Parque de Limousin. Y además el río permite la posibilidad de utilizarse como camino para las cientos de piraguas que se alquilan en las proximidades de la ciudad


Cadouin

Es posible que el nombre de “Cadouin” tenga un origen latin “catinus” que designa un lugar plano.

Situado en el corazón de un estrecho valle que incluye una abadía cisterciense, Cadouin saca ventaja de un marco privilegiado tanto por su belleza natural como por la afluencia de visitantes por ser lugar de peregrinación.

Para ver

Es imposible no ver al ir a Cadouin, la abadía cisterciense

Declarada monumento histórico, fue fundada en 1115 en un estrecho y pequeňo valle al sur de la Dordoňa. A partir de 1119, se unió a Cîteaux (abadía de Burgoňa creada en 1098, a partir de la cual San Bernardo, quien hizo ahí su profesión de fé en 1113, difundió la reforma dicha cisterciense). Cadouin se hizo rapidamente la más prestigiosa abadía del Périgord. Su fama se hizo en gran parte por un retal que se consideró mucho tiempo como el Santo Sudario. Una importante peregrinación se desarrolló alrededor de la reliquia lo cual enriqueció la abadía.

Para ver:

La iglesia románica fue consagrada en 1154. de ella se desprende la espiritualidad cisterciense del siglo XII. El claustro, de los siglos XV y XVI, es una obra maestra del arte gótico flamígero.


Domme

Alrededor de 1281 es cuando el rey Felipe III “el Atrevido” decide crear una casa de campo en “la barra”, este acantilado asentado a más de 150 metros por encima del nivel del río Dordoña. La “bastida” ha sido construida dentro de las “normas”, o sea respetando el plano reglamentario de las calles que se cruzan en ángulo recto, las plazas cuadradas, una plaza abastos y mercado cubierto, etc... Gracias a las obras de restauración, esta casa de campo ha sobrevivido y sigue todavía hoy dando testimonio de la riqueza de su historia.

Aunque la época prehistórica ha dejado numerosas huellas, es durante el Medioevo sobre todo cuando Domme ha conocido sus horas más apasionantes y gloriosas. Los diferentes episodios de la guerra de los 100 años se pueden leer todavía en las piedras amarillentas y usadas, y nunca hubiera sido construida Domme sobre un acantilado tan alto si las amenazas enemigas no hubieran sido tan numerosas.

Los vestigios más imponentes de este aspecto militar hacen de la casa de campo de Domme un sitio notable. En efecto, las murallas que rodean el pueblo y sus diferentes puertas de acceso siguen estando todavía ampliamente presentes, muy bien conservadas. Lo más impresionante es sin lugar a duda la Puerta de las Torres, que demuestra hasta que punto el rey deseaba desanimar a los eventuales asaltantes, imponiendo reglas de estética a los constructores de las fortificaciones.

Es innegable el carácter atractivo de Domme. Aquí reina un ambiente muy peculiar, sosegado y sereno que tranquiliza el alma tanto como el excepcional panorama sobre el valle de la Dordoña que revela el castillo de Montfort, el espectacular pueblo de La Roque Gageac y el castillo de Beynac. Pero la casualidad ha brindado también a Domme muchos otros tesoros que, como el pueblo, pueden descubrirse siguiendo una de las numerosas visitas turísticas:

Los aficionados pueden descubrir una cueva natural que se extiende por debajo del pueblo, a más de 20 metros de profundidad con 450 metros de largo. Está constituida por una cadena de salas que el visitante puede descubrir, unas tras otras, en una increíble profusión de cristalizaciones. Luego, un ascensor panorámico en ladera del acantilado permite regresar al pueblo. Descubierto en 1912 por unos niños que estaban jugando, esta joya de la naturaleza ha dormido en el corazón del acantilado, desde su creación, hasta la época prehistórica.

Algunos miles de años más tarde, se encarcelaron a los pobres templarios en la Puerta de las Torres mientras esperaban la muerte. Su destino y su fe les han conducido a grabar en los muros del calabozo conmovedores testimonios más o menos misteriosos, que hacen de esta cárcel un sitio único en el mundo. La lectura iconográfica de estos signos y su interpretación eventual no pueden dejar indiferente a nadie y provocan idéntica emoción al apasionado de historia y al curioso de paso.

Unos cientos de años más tarde, nuestros abuelos tenían todavía vidas duras y difíciles por las calles de Domme, mucho antes del reino de las máquinas eléctricas. El Museo de la plaza de abastos y mercado cubierto les llevará a este universo tan próximo y sin embargo tan lejano, gracias a numerosos escenarios reconstituidos. Una cantidad de objetos de “antaño” hace descubrir a los jóvenes lo que los mayores han conocido en su juventud. Una oportunidad única de compartir recuerdos, resucitar el pasado y perpetuar la historia...


Eymet

La Bastide d'Eymet 

Le terme “bastide” désigne les “villes neuves” qui ont été fondées pour le compte des rois de France ou d'Angleterre durant la période 1150-1350 dans le Sud-Ouest de la France. Celle d’Eymet a été instituée le 28 juin 1270 par Alphonse de Poitiers, comte de Toulouse et frère de Louis IX. Ce grand bâtisseur se trouve à l’origine d’une cinquantaine de bastides ! Rien que dans la région proche d’Eymet, on lui doit Villefranche, Villeréal, Monflanquin ou Castillonnès.


Hautefort

Al pie del castillo, el poblado conoció primeramente poco desarrollo. En el siglo XVII, cuando el Marqués Jacques- François de Hautefort transformó el viejo castillo para hacer del mismo una pura joya de la arquitectura clásico-renacentista, entonces el poblado salió de su adormecimiento.

La construcción, por parte del Marqués, de un hospicio destinado a recibir a los pobres y a aportarles cierta educación, sin lugar a dudas se relaciona con el desarrollo del poblado.

Desde la Antigüedad, el sitio de Hautefort siempre atrajo a los hombres de guerra. El origen de la antigua fortaleza remonta al comienzo de la edad media. El primer texto que relata su existencia data de 987. En esta época se habla de una poderosa fortaleza, "inexpugnable" que, según la memoria de los hombres, siempre habría existido.

Morada de Gouffier de Lastours, que se ilustró en la primera cruzada, posteriormente el castillo se convirtió en el señorío del célebre trovador Bertran de Born, cuyas travesuras, temperamento y "sirventès" (cantos) le valieron muchas peripecias. Por su parte, Dante inmortalizó a Bertran representándolo en la "Divina Comedia" errando por el infierno con su cabeza en la mano.

A continuación, el Barón Maxence de Damas contribuyó a establecer vínculos estrechos con la población. Cada año, daba una fiesta durante la cual todos los habitantes eran invitados y recibían magníficos regalos. En nuestros días, este apego al castillo perdura y se encuentra en la historia local. Con la revolución, los habitantes de un municipio vecino crearon una milicia para venir a destruir Hautefort; los habitantes del poblado tuvieron noticias del complot, fundieron sus bronces y sus cobres para fabricar armas y oponerse a este proyecto. Más recientemente, en 1968, después del incendio que desbastó el edificio, el impulso de solidaridad y de generosidad que se expresó para con la Baronesa de Bastard, mostró nuevamente el apego que Hautefort siente por su castillo.

Una de las particularidades de Hautefort es su predisposición en ver nacer y acoger a hombres de cultura, artistas, poetas o escribanos.

Algunos lugares conocen un periodo fasto y luego caen poco a poco en el anonimato. En Hautefort, la Historia nunca ha dejado de vivir. Del medioevo hasta nuestros días, de Bertran de Born a Eugène Le Roy, Hautefort continúa cada día construyendo su historia.
Issigeac


     Algo de historia

Issigeac es un pueblo encantador que ha sabido conservar su aspecto medieval. Ustedes descubrirán la iglesia del siglo XVI frente al palacio de los obispos del siglo XVII. Fue Armand de Gontaut Biron, obispo de Sarlat (1498-1519) y Seňor de Issigeac quien mandó construir la iglesia actual en el lugar del priorato románico. La iglesia saint Félicien conoció los disturbios de las Guerras de Religión pero también horas gloriosas en presencia de los obispos de Sarlat quienes hicieron construir un palacio en Issigeac.

Embellecieron la iglesia en el siglo XVII. Descubrirán además varias estatuas de aquella época.

     Para ver :

Al recorrer el laberinto que forman las callejuelas de Issigeac, descubrirán casas del principio de la Edad Media, casas con sus lados de madera del siglo XVI y la casa de las cabezas (siglo XV) donde los lados de madera están adornados con cabezas esculpidas.

Por fin, en la periferia del pueblo, verán el cuerpo de policía militar, casa de campo con un palomar.

Castillo de Issigeac

A partir des siglo XIV, los Obispos de Sarlat vienen a vivir a Issigeac y hacen del lugar su residencia habitual. Uno de los sucesores, François II de Salignac Fénelon manda construir el castillo en 1660 sobre fortificaciones medievales.

Este edificio, que figura entre los monumentos históricos muestra las características de la arquitectura clásica francesa : sencillez, simetría, orden, claridad.

Su aspecto se ve, sin embargo, suavizado por las dos torrecillas redondas colgadas en cada esquina de las alas laterales.

Hoy, la Oficina de Turismo se ubica en las bodegas abovedadas del castillo.

Iglesia del Siglo XVI

     Algo de historia :

A partir del siglo VI, un pueblo medieval se organiza alrededor de un monasterio benedictino dedicado a San Pedro. Esta se pondrá bajo la protección de la de Sarlat a partir del siglo XII. A finales del siglo XV, Armand de Gontaut Biron, obispo de Sarlat y Seňor de Issigeac, mandó construir la iglesia actual en el lugar del priorato románico.

La constucción duró cerca de los 40 aňos y se terminó en 1527.

     Para ver :

La iglesia Saint Félicien presenta un bonito conjunto de arquitectura gótica en su final (un ejemplo raro en Périgord). El campanario octogonal rompe con la arquitectura de los siglos XV - XVI y recuerda el arte románico.

Elementos relevantes :

La nave central con sus pilares-fustes.

Las ojivas alargadas (ventanas) del ábside y las vidrieras del siglo XIX.

Las estatuas de Madera estucada (siglo XVII) en el coro.

La estatua de María de madera dorada (siglo XVII).

La iglesia de Saint Félicien incluye 21 elementos declarados de interés artísticos.


Jumilhac le Grand

El país de Jumilhac, situado en el corazón del Périgord Vert y el Périgord Limousin Parque Natural Regional, es un verdadero paraíso para los amantes de la historia, la arquitectura, la naturaleza salvaje y la buena comida.

Durante su estancia en uno de los pueblos que componen el País (Chalais, La Coquille, Jumilhac el Grande, Saint Jory Chalais, San Pablo La Roche, Saint-Pierre-de-FRUGIE y Saint-Priest-les-Fougères), todos sus sentidos se despiertan

Château de Jumilhac

(Siglo 13-17), monumento histórico, es el alma del pueblo, ya que estaba protegido durante la Revolución por los habitantes de la ciudad. Único en Francia, su techo están adornados con alegorías de hadas que inspiró el grabador Gustave Doré, que le llamó "los más románticos de Francia." Situada en un promontorio rocoso, que domina el valle alto de la isla.

Te invitamos a descubrir sus habitaciones con paneles de madera y muebles de época, sus pinturas (escenas de caza...), sus utensilios de cocina de cobre, la leyenda de la "ruleta", sus jardines. También es una de las localizaciones de la película "El Pacto de los Lobos" por Christophe Gans, que relata la leyenda de la Bestia de Gévaudan.

Les Ors d'un Jardín: tour o visita guiada. Jóvenes y viejos vienen a descubrir el maravilloso mundo de oro y el mágico mundo de la alquimia: flores, fuente, jardín de rosas florales planetario romántico.

La Galería de Oro Situado cerca del castillo en una antigua bodega, le invita a descubrir el metal precioso desde su extracción hasta su uso en joyería, moneda, la industria o el dorado. Durante los 12 pasos de la visita, entre las leyendas, los mitos y la historia de grandes civilizaciones, el oro se nos revela en todos sus aspectos ...

La Roque-Gageac

La Roque-Gageac (en occitano ‘la roca de Gajac’) es otro de esos pueblos maravillas del sudoeste de Francia, más precisamente se encuentra ubicado en la región de Aquitania, departamento de la Dordogne y en la actualidad consta de unos 450 habitantes permanentes. Pero, como en el cuento ‘La escritura del Dios’ de Jorge Luis Borges (cuyo fragmento nos introduce en ésta historia), supo contar con un pasado pleno de dioses, guerreros, y cautivas que se sucedieron a lo largo de varios siglos de historia europea. “La Roque-Gageac es tan antiguo como misterioso. Este poblado situado a los pies de un acantilado, ha estado ocupado por seres humanos desde la prehistoria. De la época galo-romana, quedan los vestigios de una antigua vía y el emplazamiento de una villa, así como un pozo romano en un estado impecable. La ocupación que se conoce del lugar es, sin embargo, menos distante, ya que sucede alrededor del año 849 con la llegada de los normandos al Perigord. Época de invasiones, de vikingos con sus drakkars navegando por el Dordoña, todavía quedan los antiguos fuertes construidos en el acantilado por los habitantes del poblado para protegerse de estos últimos.

Otros vestigios de esta época son los recintos con casas fortificadas, que hicieron de Roque-Gageac una verdadera fortaleza. Este asentamiento realmente fortificado resistió las hostilidades entre franceses e ingleses. Solamente las puertas permitían el acceso al pueblo.

Durante la Edad Media, La Roque-Gageac tenía aproximadamente 1.500 habitantes. En aquella época, la región de Dordoña vivía de los pescadores y trabajadores del puerto.”

“La Guerra de los Cien Años interrumpió cierta paz en el poblado pero durante el Renacimiento retornó la calma. En aquellos tiempos, la ciudad se embelleció de almenas en lo alto de las torres y murallas, de tejados en forma puntiaguada, y de ventanas de estilo renacentista. De esta época quedan las ruinas del antiguo castillo señorial de los obispos, los fuertes trogloditas, las murallas de la antigua fortaleza, y las casas fortificadas de los nobles, donde destaca el caserío de la familia Tarde, dominando siempre el corazón del poblado.

Jean Tarde, uno de los iconos más importantes de la región, nació en La Roque-Gageac, en el año 1561. Sus "Crónicas" fundaron la base de la historia medieval del pueblo. Fué un prestigioso astrónomo, filósofo, matemático, arqueólogo, teólogo e historiador, asimismo defensor del dogma, y del Vicario General del obispo de Sarlat. En un viaje a Roma, trasladó su telescopio, el cual se lo había entregado Galileo Galilei. Este regalo le permitió apoyar las teorías de Copérnico, demostrando que los astros giran alrededor del sol y sobre ellos mismos. Sin embargo, estas teorías fueron rechazadas totalmente por la iglesia y se vio obligado a retractar estas ideas delante del tribunal de la inquisición. Jean de Tarde murió en el año 1636 y su final marcó el declive de La Roque-Gageac.”

Luego, durante la época de Luis XIV, cuando era un destacado puerto en la región, sus habitantes (la mayoria pescadores) comenzaron a sufrir el detrimento de tener que pagar cuantiosos impuestos al Rey por la utilización de las vias fluviales. Situación que logró cambiar recién con el advenimiento de la Revolución Francesa.

Durante la Segunda Guerra Mundial, La Roque-Gageac continuó siendo un destacado puerto comercial, hasta que en una mañana de enero de 1957 sufrió una verdadera catástrofe: una enorme parte de la ladera montañosa sobre la que se ‘sostenía’ el pueblo, se desprende destruyendo varias casas, una fortaleza y matando a tres pobladores locales.

Otra particularidad que hace de La Roque-Gageac un lugar irresistible, es que goza durante casi todo el año de un clima ‘mediterráneo’, favor que posibilitó la creación de un fabuloso ‘Jardín exótico’: creado por el señor Gerard Dorin (vicepresidente de l'Association Française des Amateurs de Palmiers) consta de doce variedades de palmeras, de laureles, de rosas, cactus, naranjos, limoneros, etc.

Resulta una verdadera sorpresa atravesar las callejuelas de éste maravilloso poblado y encontrarse frente a un lujurioso jardín mediterráneo, digno de Andalucía o de las Islas Canarias. Un verdadero milagro debido al fabuloso clima de la región, posibilitando su visita durante todo el año.

Otra particularidad que hace de La Roque-Gageac un lugar irresistible, es que goza durante casi todo el año de un clima ‘mediterráneo’, favor que posibilitó la creación de un fabuloso ‘Jardín exótico’: creado por el señor Gerard Dorin (vicepresidente de l'Association Française des Amateurs de Palmiers) consta de doce variedades de palmeras, de laureles, de rosas, cactus, naranjos, limoneros, etc.

Resulta una verdadera sorpresa atravesar las callejuelas de éste maravilloso poblado y encontrarse frente a un lujurioso jardín mediterráneo, digno de Andalucía o de las Islas Canarias. Un verdadero milagro debido al fabuloso clima de la región, posibilitando su visita durante todo el año.


La Roque Saint-Christophe

Arquitectura troglodítica

La visita de la Roque Saint-Christophe permite hacerse una idea del modo en que se distribuían las viviendas troglodíticas:

Ya sea a partir de las amplias terrazas también surcadas, ya sea a partir de refugios poco profundos cuya superficie habitable estuviese aumentada por viguetas. Las viviendas de estas vigas y postes se encuentran además por miles en las paredes y los suelos, mostrando el emplazamiento de los suelos, pero también de los tejados, las empalizadas y las separaciones.

Se pueden ver por todas partes centenares de argollas perforadas en la piedra caliza cuya función sigue siendo bastante vaga, dado que su tamaño y su ubicación sobre las paredes varía (sistema de atadero para el pequeño ganado, suspensión de alimentos, amarres de  aparejos, etc.).

Otros elementos como cisternas y hornos, escaleras y cofres monolíticos, así como una iglesia en la que hay grabadas cruces y algunas tumbas demuestran que la Roque Saint-Christophe no era simplemente un refugio temporal, sino más bien al contrario: un lugar constante para vivir, bien equipado y, sin duda, mejor protegido que muchas otras ciudades.

Intentemos imaginar lo que debía ser la fortaleza y la ciudad durante la Edad Media: un encabestramiento de tejados, muros, escaleras y balcones superpuestos en tres, cuatro y en ocasiones cinco niveles que albergaban las actividades de una población permanente protegida por su guarnición.

La atracción principal de la visita sigue siendo, no obstante, la llegada a la Gran Terraza (la más amplia de Europa), desde donde se puede admirar una vista excepcional del valle de Vézère. Este enorme refugio, en otros tiempos tabicado por decenas de piezas, podía acoger por sí solo a varios centenares de personas.

Horarios y fechas de apertura

Abierto todo el año todos los días en visita no guiada

Febrero, marzo y octubre hasta el 11 de noviembre: 10h - 18h

Abril, mayo, junio, septiembre: 10h - 18h30 / Julio, agosto: 10h - 20h

Desde noviembre 12 hasta enero 06: 14h - 17h

Del 6 de enero a 31: 14h - 17h / Última admisión 45 min. antes del cierre

En temporada la visita comienza a una hora fija

Librería / Tienda abiertas durante el año – Bar de aperitivos abierto desde abril hasta septiembre


Limeuil

     Algo de historia

Este lugar ya estaba ocupado en la Prehistoria (han encontrado muchas huellas que fechan del aňo 10000 aproximadamente antes de Cristo). Este pueblo se clasifica entre los “pueblos más bonitos de Francia”. Limeuil sigue siendo un pueblo medieval. Las tres puertas fortificadas y los vestigios del castillo y de sus murallas lo atestiguan.

     Para ver

Cerca del pueblo, descubrirán un jardin museo. Les propondrán un viaje desde la Prehistoria hasta el Renacimiento mediante diferentes plantas cultivadas. Si van al meandro de Limeuil, miradero natural, gozarán de una vista espléndida.

Jadín Museo

El castillo es propiedad del municipio desde 1998. Se situa en un espolón rocoso que domina a la vez el confluente de los ríos Dordoňa - Vézère y el pueblo.

Alrededor del castillo, podrán descubrir un parque que incluye unas sesenta especies de árboles en 1 hectárea 30. Creado en 1891, y muy poco modificado desde entonces, podrán descubrir un pozo cuyas dimensiones son excepcionales y un antiguo molino de viento convertido en palomar.


Jardines del Manoir de Eyrignac

Los jardines del Manoir de Eyrignac, Monumento Histórico de los siglos XVII-XVIII son, sin lugar a duda, los jardines más hermosos del Périgord con una única colección de esculturas vegetales. Muestra ineludible de paisajismo, estos jardines de verdura compuestos de carpes, tejos, bojes y cipréses resultan magníficos y diferentes en cada estación. Reconstruidos hace 40 años y de clara inspiración en los primeros jardines franceses del s. XVIII, mezclados de influencia italiana. Conjunto familiar excepcional, Eyrignac pertenece a la misma familia desde hace 500 años. La rosaleda blanca, creada en el lindero del gran jardín, añade poesía y ligereza.

Abierto todos los días del año sin excepción.

Nuevo en 2012 : Huerto y Jardín de flores


Monbazillac

     Origen

El castillo edificado a mediados el siglo XVI se alza en el corazón del prestigioso viňedo de Monbazillac.

     Para ver

Cuatro gruesas torres circulares limitan el cuerpo del edificio. Elementos defensivos (matacanes, saeteras...) se unen con elegantes elementos del Renacimiento. Podrán descubrir en las salas del castillo el museo de la vid y del vino, del mueble perigurdino, de la historia del protestantismo y de los mil y un castillos del Périgord. Las antiguas bodegas han sido transformadas en salas de restaurante. En el pabellón donde les acogerán, podrán catar el famoso vino del castillo de Monbazillac.


Monpazier

En el corazón de la Comarca de las Bastidas, creada en 1284 durante el reinado del rey de Inglaterra Eduardo 1ro, la bastida de Monpazier ha conservado casi intactos su aspecto y sus dimensiones originales. Ocho siglos después de su fundación, se presenta a los visitantes como una auténtica joya de la arquitectura medieval, reina indiscutible de las bastidas occidentales.

Considerada como la más hermosa bastida de Francia, fue elevada al rango de "Gran Sitio Nacional" , con Capdrot y Biron, en 1991 y forma parte de los "Poblados más Bellos de Francia".

Hay numerosas manifestaciones y visitas guiadas todo el año (para los grupos, previa reserva); en julio y agosto, todos los días a las 11h y 15h; en septiembre y octubre, todos los martes y viernes a las 14h30.


Montignac

Lascaux II

Situada cerca del pueblo de Montignac-sur-Vézère en Dordoña, en pleno Perigord Noir, la cueva de Lascaux es la obra maestra del arte prehistórico. Esta cavidad, de medianas dimensiones para la región, se extiende a lo largo de unos 200 metros y consta de salas más o menos circulares que se alternan con galerías-corredores.

Estos murales representan numerosos animales: caballos, toros, ciervos, cabras montesas y también felinos, un oso, un rinoceronte e incluso una figura fantástica habitualmente llamada "El Unicornio". Estas representaciones figurativas están acompañadas de signos enigmáticos. La disposición de ciertas pinturas en las paredes y la presencia de agujeros a dos metros del suelo sugieren que se utilizaron andamios.

Los residuos orgánicos hallados en la gruta fueron datados aproximadamente en unos 15.000 años antes de Cristo, lo que concuerda con los numerosos vestigios recogidos, atribuibles a una fase antigua del periodo Magdaleniense.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la gruta fue acondicionada para la explotación turística. De 1948 a 1963 la visitaron un millón de visitantes. Esta afluencia de turistas rompió el equilibrio natural de la cueva y sobre las paredes aparecieron algas y bacterias llamadas "enfermedad verde", así como calcita, llamada "enfermedad blanca", que es una recristalización de la pared rocosa. El 20 de marzo, el por entonces Ministro de Cultura Andre Malraux hizo cerrar la gruta. Se necesitaron varios años para detener el proceso de degradación y restablecer condiciones favorables para su conservación. Lascaux estaba a salvo, pero sólo los especialistas tenían autorización para entrar en la cueva.

En respuesta a la petición del público, se decidió construir una reproducción. Vinculada al Consejo General de 1978, el primer turista entró en Lascaux II el día 18 de julio de 1983. Situado en la misma colina que la gruta original y enterrado en el suelo, reproduce la Sala de los Toros y el Divertículo Axial, lo que representa el 90% de las pinturas de la cueva original. Dos "entradas museográficas" recuerdan la historia de la gruta y explican las técnicas de los artistas. Es una proeza tecnológica única en el mundo. Un gran rigor científico y artístico permitió crear de nuevo la atmósfera incomparable de la cavidad original: casco de hierro y cemento construido a imagen de las construcciones navales, relieves restituidos con todos los pormenores, pinturas polícromas hechas con colorantes naturales como hace 17.000 años.

Una visita inolvidable : con ese facsímile, el "santuario" paleolítico más famoso del mundo recibe un nuevo soplo de vida para el placer del público.

Aparcamiento gratuito (autocares y coches)

Tienda - Librería

Teléfono

Mesas para comer

Bar durante la temporada

Cuarto de aseo

Visita dirigida : 40 minutos approx. Horas programadas y venta de billetes en Montignac durante la temporada. 


Périgueux

Érase una vez...

Périgueux se narra como un cuento, escrito desde hace más de dos mil años, una historia sin fin que los habitantes de la ciudad siguen tejiendo para hacer de esta villa una capital de Périgord, arraigada en las ricas horas de su pasado, y abierta al gran viento de la vida. Pasado-presente: las idas y vueltas de la historia en marcha trazan los contornos de la ciudad del mañana y el desarrollo urbano iniciado en el marco de Périgueux 2010 intenta integrar la ciudad en una línea continua.

El Périgueux de ayer y el de hoy se leen – y se ligan – al filo de sus barrios, a la vuelta de una esquina, de un bloque de pared. Así se puede uno desplazar simultáneamente en el tiempo y en el espacio.

Tras la visita al museo galorromano Vesunna, testimonio del pasado antiguo de la villa, pero también de su modernidad, gracias al arquitectura de Jean Nouvel, el paseante orienta sus pasos hacia el barrio medieval para recorrer las frescas callejuelas y bocacalles de Puy-Saint-Front, al pie de la catedral, inscrita por UNESCO en el patrimonio mundial, dentro del marco de los caminos de Santiago de Compostela. Alrededor de la calle Limogeanne está reunido un rico patrimonio Renacentista, la edad de oro de Périgueux. El Museo de Périgord pone en escena sus múltiples tesoros: prehistoria, etnografía, Bellas Artes...

 Villa de Arte y de Historia, Périgueux se brinda así a su visita y estos viajes a través del tiempo, diurnos o nocturnos, permiten comprender la ciudad, pero no bastan para conocerla: para ello hay que abrirse a sus gentes, salir a recorrer los mercadillos de mil fragancias y colores combinados, dar un paseo a orillas del Isle y seguir un itinerario gastronómico por el país de las buenas mesas... Pequeñas dichas que le permitirán descubrir y, sobre todo, amar esta hermosa población.

El visitante encuentra su sitio en la escena veraniega: festival del mimo, Mimos (comienzo de agosto), mercados nocturnos, Macadam jazz, concurso de canto de la Truffa de plata, juego de Órganos, Expoesía, Músicas de la Nueva Orléans en Périgueux (15 de agosto), descubrimiento de los jardines en bicicleta, visitas nocturnas con farolas, etc.

Périgueux palpita también a lo largo del año como el corazón vivo de Périgord: festival Sinfonia (septiembre), Salón Internacional del Libro Gourmand (noviembre, los años pares), mercados de carnes grasas con premios y animados (noviembre a marzo); Carnaval y Floreales (en primavera). Sólo falta usted para saborear estas pequeñas dichas sin cesa renovadas, y para descubrir a la salida de Périgueux, el conjunto de los paisajes y sabores de Périgord.


Saint Cyprien

Ciudad pintoresca, armonía de las paredes ocres en un estuche de verdor, Saint Cyprien le seducirá por su situación geográfica privilegiada en el cruce de los tesoros pintorescos del Périgord Negro.

Vacaciones apacibles y enriquecedoras para todos, a orillas de uno de los ríos más bellos de Francia, el Dordoña. En Saint Cyprien descubra diversas actividades culturales y deportivas, exposiciones de arte, diferentes conciertos, club de bridge, tenis, baloncesto, rugby, petanca, equitación, canoas, golf, paseos en montgolfiera, parque de aventura, pesca, baños en el río... A proximidad, alquiler de bicicletas, bicicletas todo terreno y paseos en gabarra sobre el Dordoña. Para los aficionados a la caminata, GR36 y 64, numerosos senderos balizados ofrecen circuitos variados que le harán descubrir y apreciar toda la riqueza del patrimonio local: capillas románicas, castillos, vallejos y sotobosques frescos y sombreados.


Saint-Emilion

Una visita obligada para todos los amantes del vino es la de Saint-Emilion, uno de los pueblos vinícolas más bonitos y atractivos que se pueden encontrar.

Patrimonio mundial de la UNESCO, es un pueblo medieval, construido sobre un semicírculo de colinas frente al río Dordogne, con múltiples planos superpuestos, con sus casas formando una especie de anfiteatro y lleno de calles estrechas y escarpadas. El pueblo está concebido como un cascarón protector alrededor de la excepcional ermita construida en el interior de la montaña, de forma que las distintas iglesias y puertas forman un gran zodíaco.

Uno de sus monumentos más destacados es el Menhir de Pierrefitte, construido hace unos 5.000 años por marineros que llegaron hasta allí a través del río Dordogne. El menhir, situado en un cerro que domina el río, tiene a sus pies una fuente con supuesto valor milagroso. Había también una ermita que fue destruida durante la Revolución.

Pero, sin duda, el gran monumento de Saint-Emilion es la ermita monolítica. Emilion era un celta, al que algunos documentos consideran de los primeros druidas cristianizados. Convertido en benedictino adopta como ermita el nicho de una fuente, que empieza a convertir en una impresionante ermita, aumentando la bóveda y creando un baptisterio.

Allí es enterrado en el año 76 y sus sucesores continuaron excavando la montaña hasta crear un conjunto arquitectónico increíble.

Otros edificios destacados son el Château du Roi, la iglesia Colegialle, le Palais Cardinal, la Grande Muraille, el convento de los Cordeliers, las murallas, las fosas y viejos muros que rodean la villa.

La viña se cultiva desde la época galo-romana y el poeta latino Ausone poseía una villa cerca del pueblo, descubierta recientemente al lado del Château La Gaffelière. La viña tiene una época de crisis con la llegada de los visigodos, pero después vuelve a su esplendor.

En 1199, cuando toda la Gironda estaba dominada por los ingleses, Juan Sin Tierra otorga a Saint-Emilion libertades comunales y establece un Jurado que administra la comarca y reglamenta, entre otras cosas, la elaboración de vino y su comercio. Hay que destacar que el área de elaboración que se fija en esta Carta de 1199 es el mismo que actualmente tiene la A.O.C. Saint-Emilion.

Durante el siglo XVIII el Jurado combate la utilización abusiva del nombre de Saint-Emilion, sobre todo por los viticultores de Bergerac. Inspecciona las bodegas y desde 1742 graba al fuego las armas de la ciudad en las barricas de más calidad.

Con la llegada del ferrocarril en 1853 el mercado de París, del norte de Francia y, posteriormente, de los Países Bajos, se abre para los vinos de Saint-Emilion. Sin embargo, la exportación, que se realiza desde el puerto de Burdeos, sigue dominada por los vinos del Médoc. Los vinos de la ribera derecha no formaron parte de la clasificación de 1855, pues eran vendidos por los negociantes de Libourne, en lugar de por los de Burdeos, que fueron los que organizaron dicha clasificación.

Tiendas para comprar vinos hay a cientos, aunque la selección es bastante desigual y los precios no son baratos.

Un lugar para comer es L’Envers du Décor, situado en la parte alta del pueblo, junto a la Maison de Tourisme. Comida sin complicaciones pero bien hecha y magnífica carta de vinos, no sólo de Burdeos, con precios no exagerados para ser en Francia.

Más lujoso es la Hostellerie de Plaisance, un Relais Châteaux con una cocina elaborada y seria que nos propone Philippe Etxebest. Tiene dos estrellas Michelin y sus menús están entre los 55 y los 120 euros.


Salignac Eyvigues

En los confines del Corrèze y del Lot, Salignac, a 15 km de Sarlat, es la puerta de entrada del Périgord Negro. Todo lo que constituye el encanto de esta región está resumido aquí: un castillo prestigioso que domina el poblado - incluso si las murallas ya no lo defiende, los techos de tejas típicas de la región, pequeñas callejuelas con los colores cálidos de la piedra de la región donde es agradable pasearse cuando el sol está en su zenit...

Paseándose, el antiguo convento de los cruzados (siglo XIII) lo conducirá a la plaza cubierta y a la iglesia gótica. Si le gusta pasearse, un sendero de descubrimiento lo llevará a Eyvigues, hoy fusionado con Salignac, donde apreciará la flora de la región, una iglesia y una capilla del siglo XII, una casa de campo del siglo XVI, etc. A algunos kilómetros del burgo, podrá visitar los jardines a la francesa del Manoir de Eyrignac, clasificados Monumento Histórico y uno de los más hermosos jardines de Francia.

En el municipio y alrededor se le proponen todas las posibilidades de alojamiento para pasar maravillosas vacaciones. Los restaurantes, mesas de huéspedes o productores de foie gras locales le harán descubrir la gastronomía, sin olvidar el mercado semanal. Pequeño burgo, Salignac no dejar de ofrecer todos los servicios de proximidad necesarios: médico, comercios, bancos, etc.


Sarlat La Caneda

Anidado en el seno de un vallejo, entre los ríos Dordogne y Vézère, Sarlat seduce a primera vista con sus techos ancianos...

Al recorrer sus callejones, leerá algunos 1000 años de arquitectura auténtica donde, desde los adoquines hasta los techos de piedras lanchas (lauzes), predomina la piedra rubio y calorosa típica del Périgord....

Los primeros hombres habían elegido el Périgord, así nuestra región puede vanagloriarse con tener la concentración más importante del mundo de cuevas prehistóricas y naturales, castillos, moradas y casas solariegas, donde la piedra de nuestra región, ahíta de sol, refleja a lo largo del año una luz de oro. La gastronomía típica del Périgord es muy rica : en ese paraíso para trufas, foie gras, setas, "confits", pastas y otras chacinas del campo, los habitantes del Périgord han sabido como mantener durante todos esos siglos, esa gran tradición culinaria. Esa verdadera quintaesencia de aromas y sabores le espera en el magnífico mercado de Sarlat.

Pero Sarlat también es un sitio prestigioso donde los artistas pueden expresarse : "festival des jeux du théâtre" (festival de teatro; fin de julio, principio de agosto), "Festival du Film" (Festival de Cine (a principios de noviembre), numerosos espectáculos en el Centre Culturel, animaciones, exposiciones, y rodajes de películas.


Terrasson Lavilledieu

En los confines de Périgord Negro y de Corrèze, bordeado por el Vézère, Terrason Lavilledieu es la puerta de entrada de este valle, clasificado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Comunicado por dos autopistas (A20 y A89), Terrason está en las proximidades de las zonas más relevantes de Périgord: los Jardines de lo Imaginario, los Jardines d'Eyrignac, Lascaux II, Hautefort. Ya en los anales franceses de 542 se menciona Terrasson.

Ciudad galorromana, Terrasson vivió la fundación de la primera abadía benedictina a finales del siglo VI. Su situación estratégica y de fácil acceso favoreció las invasiones normandas; fue también lugar de numerosas batallas durante la Guerra de los Cien Años y las Guerras de Religión. Paseándose por la vieja ciudad en las laderas de las colinas, descubrirá magníficas casa del siglo XII y del Renacimiento.

Hoy en día, Terrasson es capital de cantón; con 6 500 habitantes ha desarrollado una dinámica industrial centrada en el turismo. Aquí la acogida calurosa está garantizada. Durante su estancia en la región, podrá descubrir en las proximidades el valle del Vézère, con sus yacimientos prehistóricos (Lascaux...) y sus castillos, disfrutar del ocio al aire libre (caminatas, actividades náuticas...), y aprovechar para visitar la capital medieval de Périgord Negro: Sarlat.

Varios actos se organizan a lo largo del año: Festival de Chemins de l'Imaginaire (festival de calle), Salón del Libro de los Jardines y del Paisaje (último fin de semana de mayo), conciertos, mercado de Navedades, mercado de foie gras y trufas todos los jueves por la mañana. La Oficina de Turismo está también a su disposición para informarle sobre las visitas guiadas por el casco antiguo.


Villafranche du Périgord

Puerta sur de Périgord, situada en los confines de la región de Agen y de Quercy, esta "Villa Franca", ha sido fundada en 1261 por Alphonse de Poitiers, hermano de Louis IX (Saint Louis). "País de la Madera", la bastida de Villefranche du Périgord ha sabido, desde el siglo XIII, preservar su originalidad en pleno corazón del castañar, en el valle del Lémance, entre los valles del Lot y del Dordogne. Todavía subsisten notables construcciones de la época medieval y un bellísimo conjunto de mansiones con soportales, en los siglos XII y XIII.

Bastida acogedora (hoteles, apartamentos, casas de huéspedes, campings) organizada a partir de una calle principal que atraviesa la plaza, esta villa pone a disposición de sus aledaños y de los visitantes, una amplia gama de comercios de cercanía. Villefranche y sus alrededores poseen muchísimos tesoros: los cobertizos, la plaza de abastos y sus pilares de piedra, las medidas de áridos, las casas nobles y algunas joyas arquitectónicas, sin contar las innumerables iglesias del partido, a menudo discretas, pero siempre notables, el Museo de las tradiciones de Périgord y varias colecciones (prehistoria, herramientas de numerosos oficios desaparecidos, objetos de la vida cotidiana del final del siglo XIX, muñecas vestidas con trajes de época fielmente reproducidos - Accesible a las personas de movilidad reducida).

Villefranche du Périgord es también el punto de salida de numerosas visitas e itinerarios por descubrir, como el castillo de Bonaguil, el castillo de Biron, las piedras secas y bories de Campagnac les Quercy, Sarlat (44 km), Monpazier (20 km), Belvès (23 km), Issigeac (40 km) y los numerosos y excelentes lugares de la región...

Villefranche y su territorio constituye un lugar de ocio ideal para los amantes de la naturaleza, de la tranquilidad y de los riachuelos de agua clara, pero también es una tierra con gastronomía de renombre por sus confits, foie-gras, castañas y setas...
Ruta por los pueblos fortificados del Périgord, en el sur de Francia

El valle del Dordoña, al suroeste de Francia, es un territorio de castillos y fortalezas medievales, granjas de ocas y patos que elaboran excelentes foies, cuevas que habitaron nuestros antepasados prehistóricos y, sobre todo, es una región depositaria de una historia fascinante: es el país de las andanzas de Leonor de Aquitania, Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra; un lugar del que el escritor surrealista André Breton afirmó «aquí ya no me siento fuera». En la ruta siempre está presente el río Dordoña —que atraviesa de este a oeste la región, hasta desembocar en el Atlántico— y también el hombre de Cro-Magnon, y la memoria de sus croquants, artífices de las revueltas campesinas contra la nobleza en 1594. La capital, Périgueux, acoge buenos restaurantes y animados mercados callejeros de frutas y verduras. Además, cuenta con el Musée du Périgord, museo proyectado por Jean Nouvel y que alberga una impresionante colección de piezas prehistóricas, pinturas murales y demás objetos de la antigua Vesunna, urbe roma luego habitada por los galos petrocores. El objetivo final de este viaje consiste en visitar Domme, bastión natural de la comarca y denominada la «Acrópolis del Périgord», y Rocamadour, legendaria población de paso para los peregrinos del Camino de Santiago.

El río Dordoña es el eje de esta ruta que recorre la comarca del Périgord Negro, situada en el sur de Francia. Cuevas prehistóricas, ríos navegables, castillos y pueblos medievales son los atractivos del que se conoce como País del foie.

A tener en cuenta

Para visitar Francia, país de la zona euro, los españoles sólo precisan llevar el documento nacional de identidad en regla. Cualquier época del año es buena para realizar este viaje, aunque los días soleados de primavera son idóneos para disfrutar de esta comarca.

Llegar y desplazarse

Compañías aéras nacionales e internacionales vuelan desde Barcelona y Madrid hasta el aeropuerto de Burdeos (www.aeropuerto-burdeos.com), el más cercano a la zona, situado 137 km al oeste de Périgueux. Por carretera, Madrid se sitúa a 830 km de distancia y Barcelona a 663 km. La mejor forma de desplazarse por el valle del Dordoña es el coche; en el aeropuerto de llegada hay agencias de alquiler. Las carreteras son buenas, están bien señalizadas y los principales puntos del trayecto se ubican a poca distancia: entre Périgueux y Rocamadour, inicio y final del viaje, hay 137 km de distancia.

Otra opción es el turismo fluvial. Durante siglos, el tráfico de madera en gabarras se detenía en el puerto de Beynac. Hoy, estas barcas se utilizan para realizar paseos por el río. En el pueblo de Limeuil, en la confluencia del Dordoña y el Vézere, también organizan paseos en kayak (www.limeuil-perigord.com).

Alojamiento

Además de hoteles de diversa categoría (consultar la oferta en la web www.francehotelreservation.com), en el Périgord destaca la calidad de las casas rurales y los alojamientos ubicados en edificios históricos como castillos (www.chateauxhotels.com) e iglesias. Sobresale La Guérinière, situado en una cartuja del siglo xviii, que preside un acantilado del pueblo de Domme (www.best-of-perigord).

Périguex medieval

A orillas del río Isle se sitúa esta localidad, famosa por albergar algunos de los núcleos medievales y renacentistas mejor conservados de Francia, con casi cuarenta edificios declarados «Monumento Histórico». El centro lo forman los barrios de La Cité y de Puy Saint-Front. Lo mejor es caminar por sus calles medievales, repletas de restaurantes y mercados al aire libre. Entre las casas sobresale la silueta de la catedral bizantina de Saint-Front, reconstruida en 1852 y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1998. También son visitas recomendables los vestigios de la colonia romana de Vesunna y el Museo del Périgord, dedicado al pasado galorromano de la ciudad (www.tourisme-perigueux.fr).

Beynac fortificada

Es una de las poblaciones más hermosas del recorrido. Se ubica a los pies de una fortaleza originaria del siglo xiii, que se erige a 200 m sobre un acantilado del río Dordoña. El pueblo conserva casas de los siglos xv al xvii, que limitan calles de trazado medieval; su uniformidad ha sido utilizada a menudo para el rodaje de películas como Chocolat, (2000). Muchos pueblos del Périgord conservan un rico patrimonio prehistórico, visible en cuevas y museos. Para descubrir el pasado remoto de Beynac vale la pena visitar el Parque Arqueológico de Beynac y el Museo de Prehistoria (www.beynac-en-perigord.com).

Domme

A 10 km de Beynac se sitúa este conjunto, considerado entre los pueblos más bellos y mejor preservados de Francia. Además de sus calles medievales, entre las que se sitúa el mercado cubierto, en su visita destacan la Torre des Tours, con inscripciones realizadas entre 1307 y 1318 por caballeros de la Orden del Temple, y numerosas grutas que pueden visitarse. El Paseo de la Muralla y el mirador de la Barre ofrecen las mejores perspectivas (www.ot-domme.com).

Rocamadour

Algo más alejado, pero igualmente accesible, la ruta continúa hastaRocamadour –a 67 km de distancia–, otro pueblo medieval por el que vale la pena deambular. Situado en las laderas del cañón Alzou, fue una de las etapas en territorio francés del Camino de Santiago. Conserva un barrio antiguo presidido por su castillo y numerosas iglesias, oratorios, criptas, capillas –destaca la de la Virgen Negra– y hasta siete santuarios románicos (www.rocamadour.com). Fuera del centro de Rocamadour vale la pena visitar un molino fortificado (www.cougnaguet.com), el yacimiento dedicados a la Prehistoria (www.prehistologia.com) y penetrar en media docena de grutas (www.gouffre-de-padirac.com).

Ruta de los castillos

Las oficinas de turismo del Périgord informan sobre la Ruta de los Castillos que incluye, además de los pueblos mencionados, otros enclaves fortificados. El castillo de Castelnaud-la-Chapelle, por ejemplo, es el más visitado del sudoeste de Francia. Se sitúa al sur de Beynac y es originario del siglo xii. Magníficamente conversado, alberga el Museo de la Guerra de la Edad Media. Su emplazamiento regala vistas impresionantes (www.castelnaud.com). Otro ejemplo lo encontramos al sur de Domme, en el castillo de La Roque-Gageac. El castillo se erige sobre este pueblo de casas talladas en las rocas y cuevas trogloditas excarvadas en los cañones. Información sobre los pueblos de esta ruta en: www.dordogne-perigord-tourisme.fr.

Gastronomía

Por todo el Périgord hay granjas y tiendas de comestibles donde se puede comprar el producto estrella de la comarca: el foie de oca y pato, que más fama ha otorgado a la gastronomía del Périgord. Pero la comarca cuenta con otros productos distinguidos con el sello de Denominación de Origen como las nueces, en sus variedades de Franquette, Grandjean y Corne; las trufas negras que crecen en los bosques de Périgord y las fresas Mara des Bois. La región también produce vinos de gran reputación. Estos productos puedenadquirirse en mercadillos al aire libre que se organizan en muchos pueblos del Périgord. Durante los meses de verano se puede coger el Autorail Espérance, un tren que realiza un recorrido gastronómico por la zona (www.trainstouristiques-ter.com).

Bibliografía

Guías: Guía Verde del Périgord. Ed. Michelin, 2007. En francés.

Guía Azul del Périgord. Ed. Hachette, 2007. En francés

Francia. Ed. Lonely Planet, 2007.

Más información

Información de la Maison de la France en España. Tel. 807 117 181. Webs: www.dordogne-perigord.com; www.perigordnoir.com y www.franceguide.com. 






  

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