10 secretos de Venecia
Ruta por la cara menos conocida de la ciudad italiana, a través de rincones curiosos y semiocultos a pocos metros de las rutas turísticas habituales.
Venecia es una de las ciudades más visitadas y fotografiadas del mundo. El reto para el viajero está en encontrar esos rincones diferentes y apartados a los que no suele llegar la marea de turistas que cada día la recorre. Proponemos un paseo por la cara más extravagante e inédita de la ciudad, que, por otro lado, es relativamente fácil de encontrar con sólo apartarse unos metros de las rutas más transitadas. En cada rincón, en cada canal, tras las suntuosas fachadas, puede ocultarse un secreto o una curiosidad.
1. Museo Della Follia
¿Qué puede exponerse en un Museo de la Locura? Sin duda, cosas espeluznantes. En el de Venecia, situado en San Servolo, se puede conocer cómo curaban a los locos en el siglo XVIII. Esta isla funcionó como hospital para enfermos de la peste y luego como manicomio hasta 1978. Hoy es una universidad, pero parte del antiguo psiquiátrico se ha convertido en un museo donde los visitantes pueden pasear entre objetos curiosos, además de una llamativa colección de fotografías de internos del siglo XIX, antes y después de pasar por el centro. Para muchos de ellos la principal enfermedad fue la pobreza extrema, mientras que las alucinaciones y otros síntomas de locura eran producto de la desnutrición y de la falta de vitaminas. En la sala principal se expone el instrumental utilizado para la terapia por electrochoque, mientras que en un anexo hay otros artilugios terapéuticos; incluidas cadenas y camisas de fuerza.
Tal vez lo más interesante (y menos macabro) sea la vieja farmacia, en la que se elaboraban muchas de las medicinas de Venecia (incluidas varias curas para la sífilis, una causa común de problemas mentales, incluso tras el descubrimiento de la penicilina).
Para llegar a San Servolo hay que tomar el vaporetto nº 20 desde San Zaccaria. www.fondazionesanservolo.it. Entrada 3 €. Para recorrer la isla en un circuito guiado hay que hay que reservar con antelación.
2. Fondaco dei Turchi
Su nombre recuerda que esta fortaleza perteneció a comerciantes turcos cuando dominaron la ciudad, allá por el siglo XVII, en la disputa con los venecianos por el control del Mediterráneo. Hoy en el Fondaco dei Turchi se exponen extraños experimentos científicos que traían los intrépidos exploradores venecianos de sus viajes, además de un dinosaurio completo.
En origen fue una mansión del siglo XII, residencia de los duques de Ferrara hasta 1621, fecha en que fue arrendado a comerciantes turcos, hasta 1858. Después sufrió una desastrosa modernización. Los elementos de la fachada original se sacrificaron a favor de los gustos arquitectónicos del momento, como las peculiares almenas que le dieron al original edificio gótico el aspecto de una cárcel.
Quienes se animen a visitarlo encontrarán una biblioteca científica y el curioso Museo Cívico di Storia Naturale (Museo de Historia Natural), que incluye desde un acuario con llamativos ejemplares de la costa veneciana, hasta una apasionante exposición de dinosaurios, con un oruansaurus del Sáhara, un esqueleto de cocodrilo prehistórico de 12 metros o un curioso esqueleto de un bebé dinosaurio de medio metro hallado en el desierto del Gobi. También podremos contemplar cómo se recogían los ejemplares de animales para fines científicos o para eventos sociales y macabras fascinaciones.
El Museo está en el Sestieri di San Polo y Santa Croce. www.museiciviciveneziani.it. Salizada del Fontego dei Turchi Santa Croce 1730. El jardín de la parte trasera, con el mismo horario que el museo, es ideal para un pic-nic.
3. Mercatino dei Miracoli
Mercadillos hay muchos, pero pocos como este de los milagros situado en el Campo Santa María Nova. Postales de amor enviadas durante la Segunda Guerra Mundial, talismanes protectores de marineros y libros de cocina de asaduras a la veneciana. No faltan los botones de cristal de Murano de los años treinta o los camafeos del siglo XIX; todo a muy buen precio.
Se abre en Fondamente Nuove, de 9 a 17 horas, los últimos fines de semana de marzo y abril y los primeros fines de semana de mayo, septiembre, octubre y diciembre.
No es el único mercado al aire libre. De marzo a octubre, los tesoros escondidos en las buhardillas de los palacios aparecen en mercados al aire libre. Las fechas de estos mercados imprescindibles aparecen en www.turismovenezia.it.
4. Atelier Alessandro Merlin
En Venecia abundan los artesanos, de todo tipo y en todas las técnicas, unos más sofisticados que otros. Algunos, como Alessandro Merlin, abren su taller al público. Está en el Sestriere di Castello y ofrece una artesanía diferente ya que decora cuencos y tazas de desayuno en blanco y negro con dibujos de desnudos, caballos o medusas. Las expresivas figuras son modernas, pero su técnica del esgrafiado se remonta a la época romana: el dibujo se realiza rascando líneas blancas sobre el fondo negro.
Calle del Pestrín 3876. Vaporetto Arsenale.
5. Malefatteu
Más original es comprar algún recuerdo en Fechorías, una cooperativa sin ánimo de lucro creada por los presos de una cárcel veneciana, quienes elaboran productos de belleza de lavanda orgánica, rompedores delantales y bolsos y camisetas serigrafiados a mano y fabricados con pancartas de museo de vinilo recicladas.
Delantales con la receta del spritz (la bebida clásica del aperitivo en Venecia), camisetas con las medidas del Acqua alta (mareas altas que inundan la ciudad) y diarios de arte hechos de anuncios de exposiciones son recuerdos igualmente diferentes. Los fondos se destinan a apoyar programas de formación y reinserción.
www.rioteradeipensieri.org. Calle Zacani 2433. Vaorretto San Marcuola.
6. Iglesia de San Francesco Della Vigna
Esta es una de las iglesias más desconocidas de Venecia. Su fachada fue el primer encargo que recibió Palladio y fue diseñada y construida por Jacopo Sansovino. En esta encantadora iglesia franciscana se conserva el magnífico cuadro de Bellini La Virgen y los santos (1507), en la Capella Santa, cerca del patio del claustro, y una Virgen entronizada de Antonio da Negroponte (c.1460-1470).
Pero hay mucho más: los escultores Pietro y Tulio Lombardo, padre e hijo, compiten con Palladio y con las Vírgenes con sus airosos y realistas relieves en mármol del siglo XV sobre las vidas de Jesús y de varios santos, que se pueden ver en la Cappella Giustiniani, a la izquierda del altar. Casi un cómic de la época por su realismo y por la expresividad de la narración (en directo) de estos relatos bíblicos. En la parte posterior, el campanario parece el gemelo perdido del Campanile di San Marco y, hacia el norte, un par de escalones conducen a un pórtico con columnas clásicas que convierten el campo (plaza) en una antigua ágora romana.
Campo San Francesco Della Vigna 2786, en el Sestiere di Castello. El mejor momento para conocer este rincón de Venecia es durante la Festa di Francesco Della Vigna, una de las mejores fiestas de barrio de la ciudad, en la que se sirve vino y comida tradicional bajo la majestuosa sombra de Palladio; normalmente es la tercera semana de junio.
7. Iglesia de Santa María dei Mirácoli
Buscando otros monumentos poco visitados por los turistas, en el Ghetto nos encontramos, entre un laberinto de canales, con esta pequeña iglesia de barrio que sorprende por sus valiosos mármoles. Cuando en 1480 la imagen de la Virgen de Nicolò di Pietro empezó milagrosamente a llorar en su santuario al aire libre fue imposible controlar el gentío que se agolpaba en este rincón de Cannaregio. Aunando recursos y hurgando entre los montones de escombros de San Marcos en búsqueda de mármol policromado, los vecinos construyeron esta capilla (1481-1489) para albergar la pintura y a sus extáticos admiradores. Pero al barrio le aguardaba otro milagro: el diseño ideado por Pietro y Tulio Lombardo, que prefirieron el moderno enfoque humano del Renacimiento a la grandiosidad gótica.
El exterior, con mosaicos de mármol, es una maravilla de la reutilización creativa: el viajero quizá reconozca los mármoles policromados de los laterales de la basílica de San Marcos. Obsérvese atentamente la escalera del presbiterio, con ángeles esculpidos hasta en la barandilla por Tulio Lombardo, un excelente ejemplo de humanismo renacentista. Pier María Pennacchi llenó cada uno de los 50 paneles de madera del techo artesonado con el retrato de un santo o un profeta de ojos brillantes vestido de veneciano, como si fueran fotografías de un anuario escolar.
La iglesia está en el Campo dei Miracoli 6074, en el Sestiere di Cannaregio. Se lleva en el vaporetto desde Fondamente Nuove.
8. Catedral de Santa María Assunta
Merece la pena entrar en esta iglesia junto a Fondamenta Nuove, los muelles desde donde parten los vaporettos a las islas. Es un barrio tranquilo de Venecia y la catedral de Santa María Assunta un buen pretexto para visitarlo. Los sobrios exteriores de ladrillo no dejan adivinar lo que nos espera en su interior: una catedral bizantina bastante colorida, llena de dorados y santos. Se construyó por primera vez en torno al 639 y fue objeto de una ampliación alrededor del 824 y de una reconstrucción en 1008. Presume de ser el monumento veneciano más antiguo que todavía conserva su condición original bizantina y románica. El altísimo campanario ofrece amplias vistas de la laguna, pero actualmente está en restauración.
Resultan indispensables en la catedral el Mosaico del Día del Juicio final, el mosaico de la Virgen María en el ábside, el Mosaico de los santos de la capilla, los suelos de mármol policromados, el iconostasio y el trono del obispo.
9. Sinagogas del Guetto
El Museo Ebraico es un lugar magnifico para recorrer con la vista las azoteas de las sinagogas venecianas. En la Edad Media, en este lugar de Cannaregio existía un ghetto (fundición) que aprovechaba las ventajas de estar en una isla para evitar la propagación del fuego en caso de incendio. La palabra cobró a finales del siglo XVI un significado muy distinto, ya que la República veneciana promulgo en 1516 un decreto por el que los artesanos y prestamistas judíos podían abastecer y financiar los comercios de Venecia de día, pero de noche y durante las festividades cristianas, quedaban confinados a la isla cercada del Ghetto Nuovo.
Este es un barrio muy interesante, comenzando por el Campo del Ghetto Nuovo, donde encontramos en lo alto de unos apartamentos privados la cúpula de madera de la Scola Italiana (sinagoga italiana) de 1575, sencilla pero con preciosas obras de madera tallada. También se asoman a la plaza las cinco alargadas ventanas de la Scola Tedesca (sinagoga alemana), que ha sido hogar espiritual de la comunidad asquenazí de Venecia desde 1528. De acuerdo con leyes venecianas del siglo XVI, solo la comunidad de judíos alemanes podía prestar dinero y la prosperidad del sector se aprecia en la decoración de su sinagoga. El púlpito barroco y los bancos esculpidos se completan con una galería dorada y elíptica, a modo de balcón.
En la esquina del campo, sobre la Scola Tedesca, se alza la cúpula de madera de la Scola Canton (sinagoga francesa), construida alrededor de 1531 con dorados interiores rococó añadidos en el siglo XVIII, y ocho encantadores paisajes tomados de parábolas bíblicas.
Y no podríamos dejar de ver las dos sinagogas que edificaron refugiados de Portugal y España al otro lado del puente del Campo del Guetto Vecchio, consideradas entre las más bonitas del norte de Italia. Son la Scola Levantina (sinagoga levantina), con un magnífico púlpito de madera tallada del siglo XVII, y la Scola Spagnola (sinagoga española), con un bellísimo salón. Esta sinagoga sefardí fue fundada por refugiados españoles en 1583 que en un par de generaciones se hicieron auténticos venecianos.
Los circuitos guiados (en español, previa reserva) salen del Museo Ebraico cada hora a partir de las 10,30 y recorren la Scola Tedescha, la Scola Canton y la Scola Italiana o la (todavía activa) Scola Spagnola. La Scola Levantina aún se utiliza para oraciones los sábados en invierno (cuenta con calefacción) mientras que en verano se usa la Scola Spagnola.
10. Malamocco
El vaporetto nos lleva a una especie de Venecia en miniatura, Malamocco, la parte central de la isla del Lido, atravesada por canales y con los mismos leones de San Marcos sobre las fachadas medievales. Es una ciudad mucho menos abrumadora que invita a explorar sus canales y los callejones (calli), unos pocos campi (campos o plazas), iglesias, osterie (tabernas) y un palazzo (mansión) gótico. Malamocco fue la capital de la laguna desde el 742 hasta el 811, cuando, después de un ataque enemigo, se decidió trasladar la sede del Gobierno a Venecia para mayor seguridad.
A Malamocco se llega en el vaporetto del Lido y es conocido por sus agradables restaurantes de pescado fresco.
Fuente: elviajero.elpais.com vía viajesboletín
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